La predicción se cumplió. El viento fue aumentando de intensidad a lo largo de la mañana hasta señalar los 30 nudos y una mar muy agitada. Estas condiciones eran un peligro indiscutible para los chicos por lo que, después de casi dos horas en el agua, el comité decidió levantar el campo de regatas y suspender la regata. Con toda precaución regresaron con los participantes y pese a tan adversas condiciones no se produjo ningún percance. Los chavales llegaron sanos y salvos donde les esperaba un nutritivo almuerzo para reponer fuerzas.