Este año los participantes decidieron partir al alba con las primeras luces de la aurora con el propósito de convertir la travesía en un placer.
Navegar un día de Mayo por el Mediterráneo y llegar a Formentera con el crepúsculo es un privilegio.La mar estaba más viva que nunca, avistaron calderones y peces espada.
La llegada fue entre las dos primeras naves la Baraka y Kuttune que fue de lo más reñido y al no disponer de foto de llegada no se sabe quién llegó primero.
Ya en Formentera en el Mirador de la Mola celebramos la comida marinera de hermandad.
La acogida en Marina Formentera fue estupenda, los participantes han apuntado “Agrademos a nuestro Club el apoyo que hemos recibido” Invitando a más participantes a que se sumen el año que viene.