Cuando caminas por éste muelle del Real Club Náutico Torrevieja se tiene la sensación de estar caminando por la principal avenida o alameda de una ciudad donde los mástiles de los barcos, a manera de álamos a la orilla del camino, intentan tocar el blanco de las nubes. Aquí el tiempo corre de forma distinta. Tanto es así que atrás queda la celebración del 50 aniversario, donde se recordó a ese grupo de entusiastas de los deportes náuticos que pusieron en marcha el Real Club Náutico de Torrevieja. Entonces se pudo apreciar cuantas personas de la ciudad y fuera de ella, apostaron por éste proyecto con determinación. Una decisión que condujo a la inmediata creación en Torrevieja de un club náutico tan necesario ayer como hoy.
Ya entonces se denunciaba, por aquel 1966, que nuestra ciudad necesitaba vivir de cara al mar que tiene tan cerca. Torrevieja está tan estrechamente ligada al mar, que no se contempló con fines lucrativos la fundación del Real Club Náutico Torrevieja, sino que era preciso cultivar los deportes marítimos en todas sus formas, despertando esa necesidad y afición, sobre todo en los niños y la juventud de nuestra ciudad. A lo largo de los años hemos visto, como una realidad, como han competido todos ellos, tanto en regiones del litoral español como en el ámbito internacional. Por ello el Real Club Náutico de Torrevieja, ha estado y está presente en espacios donde las competiciones y las celebraciones deportivas marítimas, forman parte de acontecimientos con repercusión turística. Esto ha llevado a ser testigos, desde éste balcón del Mediterráneo, de otra importante realidad, la relevancia que ha tomado el turismo deportivo dentro de la estructura turística del club y en consecuencia de Torrevieja.
De hecho el turismo náutico tiene un gran potencial de desarrollo en la ciudad dadas las buenas condiciones geográficas y climatológicas que presenta para su práctica. Así mismo, ésta modalidad turística permite la diversificación y cualificación de la oferta turística, estando íntimamente ligado al turismo de calidad y, por tanto, siendo éste fuente de riqueza. Además, el turismo náutico puede ser practicado en cualquier época del año en éstas instalaciones, jugando un notable papel en la desestacionalización de la oferta turística torrevejense, con lo que permite la dinamización de ciertas áreas de la economía tradicionalmente vinculadas con el mar. Esto queda patente en ferias como la de Fitur con algunas presentaciones que están funcionando bastante bien.
Todo ello nos lleva a un fundamental razonamiento “Hoy es imposible imaginar a Torrevieja sin ésta puerta abierta al mar como es el Real Club Náutico”. Se trata de un edificio que guarda una parte esencial de la historia reciente de la ciudad, con unos salones donde se respira a mar. Es una institución pujante y próspera, digna de la importancia que tiene el puerto de Torrevieja. Posee un notable número de socios que son la esencia de los proyectos que aún hoy están por realizar de cara al futuro, y un potencial en cuanto a los deportes marítimos, de donde han surgido un magnifico palmares de triunfos, a lo que se suma la organización de diversas actividades de tipo social y festivo. Con todo, tras estos 50 años, existe una realidad en cuanto al club: en la dársena torrevejense se encuentra ésta Casa Club que conserva el axioma de que aquí, se vive de cara a la ciudad… y al mar.
Encarna Hernández Torregrosa
